ABC / 27 marzo 2019.

Son muchas las reinas consortes con cierto poder en la historia de la Edad Media y, sin embargo, muy pocas las que ejercieron con plenitud la autoridad real. Doña Urraca de León, hija de Alfonso VI y su segunda esposa, Constanza de Borgoña, fue un rara avis de su tiempo, y de todos los tiempos, por ascender al trono y porque resultó una monarca de gran talento y carácter, cuyos enemigos trataron de derribarla, una y otra vez, por su condición de mujer. No sin razón la historia la recuerda hoy como «La Temeraria».